domingo, 5 de mayo de 2019

La Oración (Segunda Parte)




Santificado sea tu nombre



Santificado también se traduce: Honrado, adorado. Después que nos presentamos como hijos ante nuestro Padre celestial, comenzamos a alabarlo, porque reconocemos su amor, sus bondades, sus hechos maravillosos, su misericordia, su fidelidad, entre muchas otras cosas, así como por lo que hizo, por lo que hace y por lo que hará en nuestra vida, la vida de nuestros seres queridos, y en la vida de otras personas.

La alabanza es importante en la oración, antes de comenzar a pedir. Esto se menciona porque hay personas que creen que la oración es una simple lista de peticiones que se hace de una forma mecánica o ritualista, sin que haya comunión.

Después que lo hemos alabado, entramos en la etapa de la adoración. 
          👉¿Cuál es la diferencia entre alabanza y adoración?

La alabanza es el reconocimiento a Dios por lo que Él hace, mientras la adoración es el reconocimiento por lo que Él es: Santo, Grande, Admirable, Único, Incomparable, Soberano, Eterno, Justo, Misericordioso, Majestuoso, Sublime, Todopoderoso, Omnipotente, Sanador, Libertador, Amor, Proveedor, Escudo, Torre Fuerte, Príncipe de Paz, Consejero, etc.

Cuando comenzamos a adorarlo, de nuestro corazón surge espontáneamente cánticos de amor para El, y esto nos lleva entrar en intimidad.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario